Cinta de Moebio: Revista de Epistemología de Ciencias Sociales

Massé, C. 2001. Del positivismo disciplinario y el racionalismo crítico a la epistemología dialéctica crítica con base en la totalidad como método alternativo de investigación científica. Cinta moebio 11: 135-147

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Del positivismo disciplinario y el racionalismo crítico a la epistemología dialéctica crítica con base en la totalidad como método alternativo de investigación científica

From disciplinary positivism and critical rationalism to critical dialectical epistemology

Carlos E. Massé Narváez (cmasse@prodigy.net.mx) Investigador de El Colegio Mexiquense, A. C. Profesor de la UAEM.

Resumen

Con base en las limitaciones del método positivista en general en cuanto a su error histórico de separar el sujeto del objeto; pasando a exponer la inmanencia logicista del racionalismo crítico de Popper, se pasa a esbozar los lineamientos de una propuesta alternativa para la investigación científica social.

1) Problemas de Origen y de Actualidad del Paradigma Disciplinario y del Empirismo

Hasta hace unos veinte años, a casi nadie se le ocurría en nuestras universidades -salvo a los filósofos, sociólogos y politólogos-, de corrientes más bien escépticas o críticas, que la división del conocimiento, que surge con la primera división social del trabajo, hace nacer al conocimiento fragmentado. No es casual que los caminos definitorios del estatuto científico de los campos disciplinarios de lo social, están preñados de rivalidades, posturas epistemológicas y escuelas de pensamiento disímil, dada la variedad y amplitud de los problemas de la realidad social.

En mi opinión, no sólo las causas anteriormente mencionadas obstaculizan un método incluso interdisciplinario. Pensemos simplemente en que las varias disciplinas poseen sus propios cuerpos conceptuales y, o teóricos-cuando los hay-; también hay que considerar que, los estudiosos de las diversas disciplinas detentan- no siempre con mucha conciencia de ello-, epistemes, o fundamentos de conocimiento no precisamente claros. Pero esto tiene algunas causas histórico sociales.

Desde la comunidad primitiva hasta el tránsito del feudalismo al capitalismo el conocimiento tuvo un carácter totalizador-nos dice Covarrubias (1995, a), 55, 56) con base en El Capital de Marx. A partir del surgimiento de ésta formación social, que implicó la división técnica, social y territorial del trabajo, alcanzando a la producción científica; las ciencias fueron primeramente divididas en fácticas y formales; después, las ciencias fácticas en físico - naturales y sociales; luego éstas en disciplinas especializadas y hoy en día vivimos fraccionamientos mayores aún, como por ejemplo, las múltiples disciplinas en que han dividido a la Biología y a la Sociología, por citar dos ejemplos nada más.

Se ha manejado que la especialización científica permite la profundización en el conocimiento de pequeñas regiones de la realidad. El argumento se apoya en un criterio de productividad cognitiva; pero el autor antes citado nos regala otras opiniones diferentes a las más conocidas. Señala que por ejemplo, Farrington (1979) estudioso de la filosofía clásica, de la ciencia y de la política en el mundo antiguo, reprocha a Darwin su escasa cultura general y su ignorancia de la filosofía de la ciencia, lo cual le impidió percibir con precisión su deuda científica y los alcances y limitaciones de sus descubrimientos. Mendel, inspirado en El origen de las especies por selección natural de Darwin (1983) y contemporáneo suyo, descubrió las leyes básicas de la genética, desconocidas por Darwin. Faustino Cordón, prologuista del libro de Darwin y biólogo defensor del darwinismo y de la ciencia amplia, muestra cómo el conocimiento fragmentario impide el entendimiento profundo de lo que se estudia. De lo anterior podemos desprender: 1) que el conocimiento disciplinario amplio permite la apropiación científica profunda de objetos específicos de estudio y, 2) que el encerrarse en un conocimiento disciplinario limita la apropiación científica y empobrece la existencia misma del científico (Ibidem., pp. 56).

En un texto escrito por científicos físico - naturales, compilada por Levy-Leblond (1980), y denominada (Auto)crítica de la ciencia, físicos, químicos, biólogos y matemáticos, señalan cómo en sus ámbitos investigativos se ha llegado a una enorme enajenación causada por la fragmentación cognitiva, resultante de la división técnica del trabajo de investigación. A las ciencias sociales se les dividió en Antropología, Economía, Ciencia Política, Administración, Psicología, Sociología, Pedagogía, Lingüística, Historia, Estética, Ética, Jurisprudencia, etcétera, ahora los economistas se especializan en finanzas, comercio internacional, política económica, etcétera. Pero por ejemplo, el sociólogo de la educación poco o nada sabe de sociología política; y, poco o nada saben de filosofía, Arte, Antropología o Ciencia Política y ya no se diga de Física o de Matemáticas (Covarrubias, 1995).

Vinculado a lo anterior el conocimiento enfrenta otro problema grave y generalizado, frecuentemente se convoca a huir de la teoría y a enfrentar problemas concretos, como si los problemas concretos no fuesen el objeto de estudio de la teoría y como si la teoría fuera algo abstracto.

"A diferencia de algunas visiones que caracterizan a la teoría de las siguientes formas: Como referida al deber ser de los objetos, o al de los sujetos; o la que la identifica con sistemas filosóficos abstractos y que hipotéticamente asume que, los discursos racionales explicativos concretos no son teóricos; aquí se asume que, la teoría no es más que el producto de un modo específico de apropiarse de lo real: el modo teórico" (Covarrubias, 1998, 145).

A causa de la compartimentalización - fragmentalización del conocimiento, en ocasiones encontramos un fuerte escepticismo contra la utilidad de la teoría, pero:

"...Los constructos teóricos sirven de base para generar múltiples satisfactores de necesidades de todo tipo, generan múltiples prácticas empíricas y artísticas, resuelven "misterios" religiosos y explican los productos y las prácticas de los demás modos de apropiación. Por cierto que, la teoría, es la única capaz de comprender y explicar las condiciones en las que se dan los procesos de construcción de conocimiento en los otros modos de apropiación" (Covarrubias, 1995, a), 147)

Lo que está en cuestión, es ¿cómo se constituye la conciencia científica y por qué predomina la concepción fraccionaria de la realidad entre los científicos y entre quienes no lo son, si ambos son constituidos por la sociedad? Es decir, por la multiplicidad de referentes que se incorporan a la conciencia individual. De esta multiplicidad, los pertenecientes a un determinado modo de apropiación predominan en una conciencia.

"El sacerdote posee referentes artísticos, teóricos y empíricos pero éstos están subordinados a la religión; Einstein sentía hambre y sabía comer, creía en Dios y gozaba del arte, pero su conciencia estaba dominada por la teoría. Dicho de otra manera, aunque existe una alternancia de referentes en un mismo individuo, en cuanto al modo de apropiarse de la realidad, las prácticas están signadas por los demás referentes y en especial por los que dominan la forma constituida de la conciencia. Así por ejemplo, el sociólogo construye objetos de conocimiento sociales; el economista dice que los construye económicos, el físico los construye con base en experimentos; y ambos aún pueden teorizar sobre su relación de conocimiento con la realidad, al igual que los sociólogos y los politólogos." (Covarrubias, 1995, a), 58)

Pero más dañino aún que todo este problema de la fragmentación del conocimiento por campos disciplinarios, es que la influencia de la base de dichos campos arrastra tras de sí hasta nuestros días todas las limitaciones del empirismo implícito en el positivismo como paradigma predominante en la historia de las ciencias.

Desde la época de Hegel y aún mucho antes, se criticaba al individuo del llamado "sano sentido común", el cual posee una actitud que toma las cosas como se supone que son. Actitud que se traduce por un desprecio del pensamiento y en la adoración de los llamados hechos. Rechaza lo no "exacto", que aspire a ser materialmente verdadero. Desde esta óptica, se tiende a ver en las contradicciones, por lo regular, errores que, con alguna buena voluntad y, en adición, revolviendo todas las cosas, bien se podrían eliminar.

"La necesidad de tranquilizar la conciencia le hace darse aires de una especial cientificidad, hace que quienes así se sitúen ante los problemas los enfoquen con perspectivas de "rana" asignándole a esta forma de ver, el mote de <<positivismo>>. Esta actitud hace estragos, principalmente, en países como Austria, Polonia, recientemente también en los Estados Unidos, es decir, en países sin tradición filosófica propia; sus orígenes, en algún tiempo un poco más sólidos, hay que buscarlos en Inglaterra, sobre todo en la insignificante personalidad de Hume." (Bloch, 1985, 104)

Esa espontánea humildad del agnosticismo, es decir, la de que nos está vedado el conocimiento de las cosas realmente importantes pueden aprehender de estos autores, qué potencia tan vigorosa es el concepto y que fuerza universal encierra la razón.

"En esa verdad, entonces -dice Bloch-, el mismo mundo se convierte en su opuesto, es decir, en una pluralidad infinita de "datos" particulares. La reducción de todas las relaciones objetivas a disposición guiadas más o menos por la economía del pensamiento, este desprecio del entendimiento y envidia rastrera disuelven en un caos agnóstico la cohesión de las cosas. Así que a la aparente exactitud del positivismo le corresponde el correlato de un no-mundo cuya única calidad objetual es el delirio pluralista." (Bloch, 1985, 106)

Parafraseando a Bloch (1985) -quien piensa dialécticamente-sabe, y es para él algo evidente, que el pensamiento tiene que arrancar de hechos, pero no se detiene en ellos por simples contenidos sensibles; tampoco para sumarlos interminablemente, incapaz de descubrir en ellos las vinculaciones efectivas, actuantes; conexiones que no son precisamente hechos, ni son tampoco una descripción de ellos, sino un producto de aquella función del pensar que llamamos conocimiento de los hechos.

"(....La "certeza sensible" hegeliana es ya ab obo una universalidad plena de lógica, y el concepto aparece también como algo intuitivamente concreto. El concepto hegeliano se distingue de la teoría de la abstracción precisamente en que pretende ser la "unidad de lo universal y lo particular". Ahí primeramente esta, según Hegel, la totalidad: entre la verdadera extensión de un concepto y su verdadero contenido no hay en absoluto relación inversa, sino proporción directa. En el juicio concreto se combinan, por tanto, el concepto y la intuición, lo universal y lo individual. <<Todo concreto es algo que existe de hecho y por tanto, individual y empírico, y envuelve, a la par, la universalidad y el concepto. Lo puramente empírico - individual es una simple ficción, tan poco documentable como el concepto puro>>." (Bloch, 1985, 106, 107)

Otra limitante de origen del empirismo es su concepción estática de la realidad y de los hechos en esa realidad así concebida. Para el pensar dialéctico, que piensa a la realidad como proceso en donde tienen concreción un número infinito de procesos, no se puede concebir a los hechos como dados simplemente, sino como "ocurriendo", como dándose. La empiria está en movimiento, y el pensamiento tiene la función de aprehenderlos, no sólo para explicarlos, sino para incidir en dichos procesos. El pensar dialéctico no termina en Hegel, re-comienza en Marx. Una realidad concebida como susceptible de transformación tiene por fuerza que estar en movimiento; y el estudio que de ella hagamos está obligadamente centrado en el presente, en lo actual social.

El presente como aquí lo concebimos, es un proceso dinámico que no cesa, donde fluye un haz de acontecimientos que determinan diversas especificidades. No nos dejemos engañar por la apariencia de la quietud del presente o por la errónea idea de que sobre él nada podemos. Es verdad que el presente se aparece como un haz de acontecimientos aislados sin una supuesta relación de necesidad existencial; pero el presente es contingente y sólo mediante un pensamiento abierto y crítico, es decir científico, se pueden desentrañar las relaciones necesarias entre ese mar convulso de acontecimientos.

La respuesta a esta representación del movimiento está en encontrar la relación entre lo que está dado y lo que está dándose (proceso). En dicha relación entre los momentos de la realidad, se encuentra la potencialidad que orienta la dirección de un campo de acción entre actores, pero esta no es manifiesta: Sin embargo, es un contenido emergente. Lo que Hegel llamaría "el lugar de las transformaciones cualitativas". Lo que para Bloch sería "lo novum".

Esta dimensión está fuera de los alcances del paradigma disciplinario y del empirismo, toda vez que, "topos" (el lugar) es el objetivo empírico. Pensar la realidad como un topos, como un dato objetivo o con una perspectiva objetivista; diagnosticarlo y pronosticarlo a partir de la objetividad, es ya, estructuralmente, quedarse enraizado y sin avanzar, en el mismo lugar.

Para demostrar que este problema y otros más se extienden hasta nuestros días, he aquí la opinión de un epistemólogo contemporáneo:

"Vivimos bajo el imperio de los principios de disyunción, reducción y abstracción, cuyo conjunto constituye lo que llamo el <<paradigma de simplificación>>. Descartes formuló ese paradigma maestro de Occidente, desarticulando al sujeto pensante (ego cogitans) y a la cosa extensa (res extensa), es decir, filosofía y ciencia, y postulando como principio de verdad a las ideas <<claras y distintas>>, es decir, al pensamiento disyuntor mismo. Este paradigma, que controla la aventura del pensamiento occidental desde el siglo XVII, ha permitido, sin duda, los enormes progresos del conocimiento científico y de la reflexión filosófica; sus consecuencias nocivas ulteriores no se comienzan a revelar hasta el siglo XX." (Morín, 1997; 29, 30)

Morín también señala, que la única solución que Occidente encontró para remediar la disyunción fue, a través de reducir lo complejo a lo simple. Dicho conocimiento fundó su rigor y operacionalidad en la base de la medida y el cálculo. Sin embargo, la matematización y la formalización han desintegrado, más y más a los seres por considerar realidades sólo a las fórmulas. Para colmo de males, el pensamiento simplificante es incapaz de concebir la conjunción de lo uno y lo múltiple (unitas multiplex). O une en abstracto lo diverso o, a la inversa, yuxtapone lo diverso sin concebir la unidad.

"La metodología dominante produce oscurantismo porque no hay más asociación entre los elementos disjuntos del saber, y por lo tanto, tampoco posibilidad de engranarlos y de reflexionar sobre ellos" (Morín, 1997, 31).

Occidente funda a partir del siglo XVII a la física y a la metafísica al mismo tiempo que las opone irreductiblemente:

"En efecto, la ciencia occidental se fundó sobre la eliminación positivista del sujeto a partir de la idea de que los objetos, al existir independientemente del sujeto, podían ser observados y explicados en tanto tales. La idea de universo de hechos objetivos, liberados de todo juicio de valor, de toda deformación subjetiva, gracias al método experimental y a los procedimientos de verificación, (...) Dentro de ese marco de referencia, el sujeto es, o bien el <<ruido>>, es decir, la perturbación, la deformación, el error, que hace falta eliminar a fin de lograr el conocimiento objetivo, o bien el espejo, simple reflejo del universo objetivo." (Morín, 1997, 65)

Pero la idea de universo puramente objetivo se priva no solamente del sujeto sino también del ambiente; por otra parte, la idea de sujeto, ya bien obstaculizado a nivel empírico, por hipertrofiado a nivel trascendental, está a su vez despojado de un ambiente.

Hasta aquí estamos de acuerdo con los planteamientos hechos por el autor, sin embargo, cuando argumenta en contra de un argumento de totalidad que supone un "cajón de sastre" en donde se incluía demasiado, "sin importar qué ni cómo: más se volvía vacía", no podemos menos que señalar que el conocimiento que tiene Morín del concepto al interior del desarrollo de la perspectiva dialéctica crítica, es demasiado reducido y reductivo. Más adelante veremos por qué.

2) La Cuestión Interdisciplinaria

Hago la aclaración de que en este apartado sólo me refiero a los esfuerzos iniciales que partiendo con Piaget no lograron madurar en toda su expresión estos intentos por los problemas a que me referiré; pues actualmente se están desarrollando esfuerzos desde los "caólogos" y, aunque no se han desarrollado tampoco, hasta la fecha, si se han logrado avances interesantes, de los cuales intentaré dar cuenta críticamente en futuras colaboraciones.

Adicionalmente al macro problema estructural del conocimiento occidental que acabamos de esbozar, pensemos en la dificultad que implicaría unir diferentes corpus teórico - epistemológicos para implementar una relación de conocimiento interdisciplinaria; si por ésta se entiende a priori, un conjunto de disciplinas que después de haber desglosado sus fundamentos de conocimiento, intentaran la forma en que dichas disciplinas articularían, vía consenso, dichos supuestos (lo que incluiría sus tradiciones ideológicas implícitas y, o explícitas). Para aclarar un poco este peliagudo asunto, exponemos brevemente algunos esbozos de éstos intentos.

La tendencia hacia la labor interdisciplinaria no es reciente, ha sido impulsada principalmente por algunos grupos de trabajo, cuya finalidad es encontrar las bases metodológicas de tal labor. Hay varios ejemplos. Uno de ellos es el conjunto de trabajos que bajo la dirección de Jean Piaget se conocen como Tratado de lógica y conocimiento científico, así como los libros auspiciados por la UNESCO, Cuyo primer volumen se titula Tendencias de la investigación en ciencias sociales y los cuatro que le continúan, que aparecieron como Corrientes de la investigación en ciencias sociales (Gutiérrez, 1988, 511). En éstos trabajos se puede identificar a la metodología como crisol del trabajo interdisciplinario.

Según Piaget, actualmente la epistemología forma cada vez más un campo de investigaciones a la vez científicas y autónomas, que vendrían a constituir una disciplina separada, reconocida y propiamente etiquetada si no fuera, debido a su realidad intrínseca, principalmente interdisciplinaria. (Piaget, 1970, 9)

"Todas las disciplinas sociales y humanas se ocupan más o menos directamente, en sus aspectos diacrónicos, del desarrollo de los conocimientos. La historia económica de las sociedades humanas no podría ser completa sin una historia de las técnicas, y ésta es fundamental desde el punto de vista de la formación de la ciencia...En cuanto a las dos ramas más importantes del punto de vista de la formación de los instrumentos cognoscitivos, la sociología del conocimiento y la psicología genética, puede decirse que se prestan servicios complementarios...la epistemología genética es, por una parte, una nueva rama nacida de la hibridación de la epistemología (en particular de sus métodos 'histórico-críticos') y de la epistemología genética, que es útil a las dos a la vez...La situación de estas dos nuevas ramas de naturaleza fundamentalmente interdisciplinaria confirma... las situaciones en que el poner en relación un dominio 'superior' (en tanto que más complejo) y otro 'inferior' no supone una reducción del primero al segundo, ni un refuerzo de la heterogeneidad del primero, sino una asimilación recíproca tal que el segundo explica al primero, pero enriqueciéndose con propiedades no percibidas hasta entonces y que aseguraran la unión buscada...Pero, independientemente de las divergencias en cuanto a formación universitaria, que constituyen sin duda el principal obstáculo que hay que superar, las técnicas lógico-matemáticas comunes, cuyo empleo tiende a generalizarse, constituyen a la vez el mejor índice de la confluencia que se impone y el mejor instrumento de unión." (Piaget, Jean. Investigación interdisciplinaria y mecanismos Op. Cit., pp. 280 y 282). (Citado en Gutiérrez, Op. Cit., pp. 518 - 522).

Otro trabajo muy importante lo constituye Ensayos en interciencia de GuillerminaYankelevich y Ada Méndez (1986), donde se exponen una variedad de trabajos con un mismo fin:

"En todas las contribuciones subyace un propósito común: el de explorar las potencialidades que ofrece una visión intercientífica en las investigaciones (...) Aquí se intenta mostrar, cómo en un grupo de investigación se genera y madura una idea. La vaga idea, en principio, de que una concepción unificada acerca del hombre y de su sociedad solamente podría adquirirse a través de un pensamiento y una investigación 'intercientífica' socionatural.

La posición epistemológica implícita en esta postulación difiere de la contenida en los estudios interdisciplinarios; en éstos, el término lo estipula, convergen...un conjunto de áreas de conocimiento que pertenecen al mismo universo científico ya sea ciencia natural o ciencia social (1).

Lo que podría denominarse propiamente 'interciencia' está aún por constituirse. Ambos conjuntos de áreas, las sociales y las naturales, Han interaccionado habitualmente al nivel de la exploración de aquellos parámetros que pudieran afectar la dinámica de los fenómenos, de un ámbito, en el otro." (Yankelevich y Méndez, 1986, 5)

Los límites a los territorios entre las varias disciplinas que constituyen las ciencias naturales han empezado a resquebrajarse; "su objeto de estudio" ya no es claramente distinguible entre cada una de ellas; lo vivo y lo no vivo no son ya mundos binariamente separables; ahora es posible intercambiar "metodología de investigación" y un buen cúmulo de principios teóricos que son válidos para los varios temas. De nuevo, se detecta un desvanecimiento de los límites entre los campos de conocimiento, pero esta vez a un nivel intercientífico, entre las clásicamente denominadas ciencias naturales y ciencias sociales. La sociedad y el individuo, son sin lugar a dudas un 'objeto de estudio' compartido.

"¿Qué relación guardan entonces, los principios teóricos de organización que para los mismos fenómenos han generado las ciencias naturales y las sociales? Se precisa una vasta investigación intercientífica con objeto de confrontar aspectos metodológicos y teóricos para avanzar hacia una propuesta." (Yankelevich y Méndez, 1986, 12)

Traer aquí un esbozo de los avances de estos interesantes intentos tiene sentido para este trabajo, principalmente, y-mientras los avances de esta interesante propuesta se van logrando-, difundir la respuesta que la dialéctica crítica ha dado, en torno a esta crisis (no nueva, sino recién descubierta por algunos) de la fragmentación del conocimiento por disciplinas científicas. Por lo que parecen ya haber elementos suficientes para entrar en el terreno de la 'dialéctica crítica'como propuesta paradigmática epistemológica, más allá de los avances mismos de la perspectiva 'interdisciplinaria' y de los de la perspectiva de la 'interciencia'; es decir, en el plano de la perspectiva transdisciplinaria.

3) Diferencias Cualitativas entre el Racionalismo Crítico y la Dialéctica Crítica 

3.1) El Conocimiento como Función de un Concepto de Ciencia

Karl R. Popper señalaba desde los años 30, que no existe ni puede existir un verdadero espíritu crítico en la ciencia por medio de la inducción y por medio de una o dos hipótesis sujetas a comprobación. Este paradigma se entrampa en el hecho de que con él, el investigador sólo busca y recoge aquélla información que le permitirá probar sus hipótesis, pudiendo dejar fuera hechos de la experiencia que pudiesen derrumbar su planteamiento. Para este autor, el verdadero espíritu crítico radica en buscar elementos de la experiencia con los que se pueda falsear y no probar subjetivamente las hipótesis. Así, mientras más pruebas soporte una teoría, se asegura que con ello, se está más cerca de la verdad "científica".

Pero este planteamiento no escaparía a una crítica que le preguntaría ¿cómo asegurar que quien busca dichos hechos, actúe honestamente?

Por su parte, la perspectiva Dialéctica Crítica no discute sobre el problema de "la prueba" (verificadora o falseadora), porque no se ciñe a esta visión de la ciencia cuyos fines son la explicación y predicción de fenómenos "dados"; su concepto de ciencia aspira a ir más allá, pretende que el conocimiento sirva para potenciar la realidad.

Para el Racionalismo Crítico sólo son conocimientos científicos aquellos planteamientos que pasan la prueba del "ensayo y error". Esta demarcación cumple la función del parámetro para evaluar la capacidad científica de las teorías. A este criterio se añaden otros como la acumulación de conocimiento y el progreso de la ciencia, con el fin de explicar la realidad.

A diferencia de este planteamiento lógico inmanente, la Dialéctica Crítica pone mayor énfasis en el objeto de estudio: la realidad objetiva; critica el trabajo de la filosofía clásica -al fundar la perspectiva del materialismo histórico dialéctico y considerar a éste como conocimiento científico-, inaugurando la historia como elemento fundamental del análisis y orientándose a traspasar el velo de la apariencia que cubre la realidad. Estamos en presencia de un conocimiento histórico político, el cual sale de la lógica de las ciencias físicas como lógica de descubrimiento, sin ignorar la fisicalidad del mundo, tiene referentes empíricos cambiantes y no sujetos a regularidades. Por lo tanto, asume que el conocimiento no puede ser comprendido solamente como la verificación de hipótesis, sino como una reconstrucción articulada de la realidad multimensional, apoyada en categorías y conceptos provenientes de las diversas disciplinas pero, sin asumir las explicaciones teóricas de éstas, sino haciendo un uso crítico de ellas para el tratamiento del objeto que nos ocupa (Zemelman, 1987).

3.1.1) El ¿para qué?, más que una pregunta de investigación

El objeto de estudio es la construcción del conocimiento a partir de la relación dialéctica entre el objeto y el sujeto mismo. La relación de conocimiento es lo que define al objeto, el cual parte de una configuración problemática que incorpora elementos no sólo provenientes de alguna o algunas teorías.

La relación de conocimiento entre sujeto y objeto implica la conciencia racional del sujeto que quiere construir conocimiento, pues supone haber pasado por un proceso en el cual el despliegue del objeto permite al sujeto identificar con nitidez el campo de opciones posibles a desarrollar. Entre otras cosas, la viabilidad o no de un proyecto de futuro en un campo articulado por elementos y el papel que el sujeto juega en su relación con el objeto (la realidad).

Así, el objeto de estudio es un producto articulado entre niveles de la realidad, corresponde a una situación histórica y se define en razón del ¿para qué?

Casi siempre nos preguntamos ¿para qué? un sujeto quiere estudiar una parcela de la realidad. El para qué es, en la Dialéctica Crítica, un criterio de selección de opciones que involucra la subjetividad del investigador en esta fase de construcción del objeto (o, fase inicial); como función definitoria de la relación de conocimiento entre sujeto y objeto, así como el traslado a éste, de la conciencia racional de la subjetividad del investigador.

La función del para qué en la construcción del conocimiento objetivo de la realidad social, reside en el manejo problemático que haga el sujeto investigador de su propia ideología, incorporándolo como uno de los aspectos de esa realidad y definiendo la orientación de su estudio. De este modo, la ideología da a la relación sujeto objeto el elemento que precisa la historicidad del conocimiento construido, por ser parte de un determinado contexto histórico, en donde el investigador refleja en sus intereses científicos la realidad concreta que quiere potenciar a través de sus proyectos, transformando la ideología en conocimiento, el que debe -a juicio del investigador-, ser conocido.

Al mismo tiempo, el para qué constituye un cierre lógico en la problematización de un tema, ya que después del momento de apertura inicial a la realidad, el para qué concentra los elementos vinculados directamente con su opción, excluyendo otros de menor relevancia.

3.1.2) Implicaciones en torno a una actitud racional entendida como la capacidad de objetividad de la razón

El Racionalismo Crítico (Popper, Lakatos) propone una racioanlidad específica con el criterio de demarcación: sólo será científico un conocimiento anclado al método hipotético deductivo, en el que la objetividad se asienta en la contrastabilidad intersubjetiva de los enunciados a probarse. En esta perspectiva solamente se consideran los enunciados con sentido y los principios racionales de la lógica formal, transformados en la única lógica de razonamiento.

La alternativa a esta óptica que pone a la lógica por encima del objeto, ubicando a la realidad en un recorte parametral (sin concebirla como proceso); estaría diferenciada y definida por una nueva racionalidad que no niega los principios racionales de la lógica formal, pero que los asume como instrumentos de la razón con los que se lleva a cabo su relación con la realidad.

En esta perspectiva el mecanismo de apropiación de la realidad es la totalidad, entendida como un modo de organizar la apertura de la razón hacia la realidad que se quiere estudiar, sin limitarse al encierro en determinados límites teóricos de discursos disciplinarios, pues expresa un concepto de realidad como articulación de niveles que tienen la exigencia de ser analizados en sus relaciones con otros de ellos. Esto es así, porque el vínculo entre la razón y la realidad no queda determinada por la relación teórica, sino por la necesidad de construir objetos en función de un razonamiento articulado por niveles. Estamos en presencia de una perspectiva transdisciplinaria, o metadisciplinaria (3).

De esta forma, el para qué permite dar mayor relevancia a la intencionalidad, definida a partir de la presión del investigador y confrontarla con los campos de lo real, percibidos en términos de encontrar cuál de ellos es el más adecuado para potenciar los procesos sociales hacia el futuro deseado, lo que requeriría en principio de la determinación de un campo de objetos.

Se puede decir de acuerdo con Zemelman (1987; pp. 81, 82), que es posible definir un campo problemático, si dirigimos la crítica a mantener la construcción de conocimiento lejos del referente teórico que determina la explicación. Porque la relación de conocimiento subordina el "cómo ver" y el "qué ver" a la organización de un campo de observación que no se supedite a las exigencias de tal o cual teoría proveniente de tal o cual disciplina. Debe romperse por el contrario con la tendencia del investigador que, pudiendo saber lo que está viendo, intenta que sus observaciones sean coherentes con la base de su conocimiento pre-establecido, es decir, teórico - disciplinario.

Con esto, la apertura de la razón a lo real -la apropiación de la realidad-deberá abrirse a la objetividad, en vez de ser una función de la postura teórica del especialista. Tal capacidad de abrirse a la realidad objetiva lleva a un campo de opciones y permite asegurar el predominio de lo objetivo sobre el pensamiento. Con esto podemos enriquecer nuestro concepto de realidad. La podemos entender ahora, como proceso, como producto y como potencialidad.

Por ello, la apertura de la razón tiene una constante transformación de referentes empíricos y la ruptura de límites teóricos en el plano del conocimiento. También por esto, se precisa de una exigencia de objetividad que trascienda el contenido de estructuras teóricas, permita reconocer campos de objetos, y opciones de construcción del objeto. El razonamiento teórico se abre respecto a la realidad para reconocer una amplitud de concreciones posibles.

Reconocer la articulación de los distintos niveles de un fenómeno social implica construir el concepto de realidad considerando a esta en movimiento. En la perspectiva del Racionalismo Crítico (Popper) la relación con la realidad debe llevar a la explicación y de ahí la exigencia de refutabilidad en su criterio de falsación.

Si a la inversa, se le otorga primacía al objeto construyéndolo articuladamente por niveles de lo real: el nivel económico, el político, el social y el psico - cultural, se pueden descubrir distintas opciones al hallar al mismo tiempo una multiplicidad de objetos posibles en los que, el poder de explicación, es la capacidad de organizar relaciones entre ellos, pero al interior de una delimitación que consiste en un campo de objetos. Es aquí en donde el reconocer la especificidad -que es la función que cumple el concepto de realidad como el reconocimiento de un campo de opciones- se hace imprescindible, para garantizar el no partir de estructuras predeterminadas con fines explicativos, sino mediante la articulación de niveles de lo real y de procesos temporales y espaciales para lograr la aprehensión del objeto, ya sea con miras a incidir en la realidad o, para teorizar sobre ella.

Así, la necesidad de reconocer la especificidad de un proceso o fenómeno social, se convierte en una exigencia analítica indispensable para el reconocimiento de un campo de opciones desde donde pueda vislumbrarse lo posible de ser incidido o potenciado. Con ello el razonamiento toma en cuenta la exigencia de adecuación a lo concreto específico. El problema del conocimiento en este nivel estriba en reconocer planos de la realidad y niveles de abstracción. Lo específico resulta de la articulación entre el avance a lo particular y concreto, en donde ésta exige que cada nivel sea analizado en su relación con otros niveles, en donde es necesario el corte temporal presente.

Ahora bien, la capacidad de reconocimiento de la especificidad de un fenómeno implica de hecho romper con las ataduras del esquema hipotético deductivo, aquel que parte de un marco teórico preestablecido para sólo explicar, a partir de una o dos causas, la gran complejidad de un fenómeno social. Esto es así, porque la especificidad permitida por el mecanismo del para qué; pasa por decirlo así, por un momento de "explosión" de niveles en el que se vislumbra con qué elementos y cómo están éstos interactuando en el campo que queremos potenciar; para cerrar incluyendo a los elementos más relevantes que conforman dicho campo. Todo lo contrario a la perspectiva que parte de principios teóricos ya establecidos con miras a autocomplacerse con una explicación.

Reconocer opciones permite romper con cualquier intención de partir de una estructura teórica previa; ya que el objetivo en la perspectiva dialéctica crítica, el reconocer la especificidad de procesos se relaciona con construir la realidad y la búsqueda de opciones teóricas o de acción. Significa no iniciar el razonamiento enmarcado en una teoría, sino reconocer campos de objetos, es decir, opciones para la construcción del objeto (la realidad). La relación de la razón con la realidad no queda determinada por la relación teórica y de contenido, sino por la necesidad de construir objetos y en estos términos, permite ubicar qué categorías o conceptos de la teoría son pertinentes como herramientas analíticas (Zemelman, 1987).

4) La Totalidad. Recurso epistemológico para la Articulación Transdisciplinaria como alternativa a la perspectiva disciplinario – fragmentaria e interdisciplinaria

La articulación transdisciplinaria significa en sentido simple, construir el conocimiento por articulación de niveles multidimensionales de lo real. Lo transdisciplinar se refiere en este planteamiento, al hecho de relevar "la cosa", el objeto, la realidad pues, por encima de cualquier discurso sustantivo disciplinario. Transdisciplinario es eso, abrir el pensamiento mas allá de los límites de estructuras teóricas preestablecidas, pero, sin desechar a priori, las posibilidades de captación de lo real por las categorías y conceptos de constructos teóricos ya construidos, se trata de actuar como dijera Zemelman (1987), con una actitud crítica en su uso. Por ello proponemos frente a las alternativas anteriormente planteadas este forma de aprehensión de lo real; a diferencia de lo que sería cerrarse a las posibilidades de abstracción de dichos constructos teóricos antes de ver sus potencialidades objetivas en el momento de la construcción de conocimiento.

Pensemos por analogía en la similitud que existe entre un individuo y una disciplina. Así como el individuo está constituido por diferentes referentes de lo real; una disciplina está también constituida por diferentes fundamentos epistemológicos: su concepción de la ciencia, su concepción ontológica, su concepto de realidad y su método o, su forma de aprehensión de lo real.

En su origen las disciplinas deambulan y se esfuerzan por constituirse con el estatuto de ciencia, para poder autopresentarse exitosamente. Es decir, para lograr consenso de su legitimidad como disciplina científica, tal fue el caso de la Sociología en el Siglo XIX, y de otras ciencias sociales como hemos visto con anterioridad. A todas ellas sin embargo se les ha cuestionado su estatuto de cientificidad desde la perspectiva "naturalista", y sin embargo se encuentran en todo el mundo occidental (por lo menos), aunque con diferentes matices y, o enfoques con diferentes fundamentos. No se trata aquí de rehacer la historia de las disciplinas científicas, se intenta problematizar el significado profundo de la totalidad como recurso epistemológico para el conocimiento, para tratar de dar validez a una propuesta: es decir, para proponer a la transdisciplina, como articulación disciplinaria vía la totalidad.

Vista así, la totalidad en sentido cuantitativo no es la suma de las partes, sino la inclusión de lo pertinente y la exclusión de lo irrelevante.

"Lo dicho implica que la totalidad no es todos los hechos, sino que es una óptica epistemológica desde la que se delimitan campos de observación de la realidad, los cuales permiten reconocer la articulación en que los hechos asumen su significación específica. En este sentido se puede hablar de la totalidad como exigencia epistemológica del razonamiento analítico." (Zemelman, 1987, 18)

En este sentido, la perspectiva de Morín como transdiciplinaria para la propuesta de un modelo, recuperando conceptos de diversas disciplinas viene a ser más abstracta que su propio planteamiento, toda vez que aspira a explicar la complejidad del mundo, del universo; a la inversa, la propuesta de la totalidad en su nivel epistemológico, es una propuesta para captar objetos concretos, sin pretensiones de visión del mundo, cosmogonía (Welstawnshaung). Paradójicamente, la propuesta de Morín es más totalizadora, más holista que la de la propia dialéctica crítica. Pero no sólo Morín cae en pre - nociones sobre el concepto de totalidad, sino también Popper. Veamos por qué. Popper, Morín, Albert y otros autores no alcanzan a distinguir entre el "todo" como la "estructura del objeto" y el "todo" como "exigencia epistemológica del razonamiento".

La totalidad es un recurso para organizar el razonamiento analítico, no intenta formar un objeto 'total' que incluya el todo de todo, pues se centra en definir la base de la teorización, sin ser una teoría en sí misma; ni mucho menos pretende ser un objeto real. Es un mecanismo que puede organizar la apertura de nuestra mente hacia la realidad, sin ceñirse a pertenecer dentro de determinados corpus teóricos. Esto es así, porque se fundamenta en una concepción de lo real como articulación compleja de procesos exigiendo que cada uno de éstos sea analizado en términos de sus relaciones con otros -aunque no sean estos últimos objeto de análisis como tal.

"Por eso el concepto "todo" constituye un modo de recortar la realidad para construir el objeto de estudio que sin partir de exigencias a priori de "todas las propiedades o aspectos de una cosa", permita dar soluciones sobre "ciertas propiedades" o aspectos especiales de la cosa en cuestión...que le hacen aparecer como una estructura organizada...Por esto también consideramos que la totalidad representa una solución al asunto de la preeminencia del problema" por sobre cualquier ideal metodológico, esto es, sus mecanismos de adecuación a la cosa concreta." (Zemelman, 1987, 18)

Es su capacidad de apertura hacia lo real lo que permite profundizar mayormente en la realidad con el objetivo de dar prioridad a la construcción del objeto. La totalidad así concebida deviene como un método que hace posible el recorte o construcción del objeto. Este último sin embargo, nos plantea una importante pregunta.

¿Cuáles son los fundamentos de conocimiento implícitos que están en conexión con un concepto de totalidad de la forma que se plantea? (2)

a) La necesidad de una apertura de la razón como actitud abierta a la especificidad de lo real, para el entendimiento de la interacción que existe entre la multiplicidad de objetos (incluyendo a sujetos sociales concretos) posibles en el mundo real. Estos y sus interacciones existentes son susceptibles de captación con base en los conceptos de especificidad, realidad dinámica y la perspectiva de totalidad como recurso epistemológico.

b) Control de los condicionamientos de la razón que impiden la objetividad del conocimiento, imprimiendo sesgos en los análisis. Se intenta evitar las determinaciones a priori de sucesos con base en nuestro esquema referencial teórico, ideológico o de la experiencia, para dar paso a una visión que, concibiendo al mundo como un universo de la mayor complejidad, pueda descubrir lo específico concreto de las conexiones determinadoras del hecho real.

c) Para ello se esbozan los mecanismos metodológicos para la construcción del objeto como reconstrucción articulada e histórica; aprehendiendo su especificidad con base en la articulación transdisciplinaria para el descubrimiento de las conexiones determinadoras del objeto, con otras dimensiones de lo real.

d) Con el interés en presentar más claramente el conjunto de problemas de orden epistemológico que implica esta perspectiva, a continuación presentamos una discusión sobre los fundamentos que le atañen.

Conclusiones

Consideramos suficiente el señalamiento de las limitaciones que están inmersas en el paradigma disciplinario, así como el consenso sobre las mismas, en los bastiones más avanzados en la producción de conocimiento teórico, es decir científico. No ocurre sin embargo lo mismo, con la incesante búsqueda de la creación de paradigmas alternativos al primer acercamiento interdisciplinario. De hecho las obras de Maturana; Luhmman, Morín, y un gran número de autores de la generación que por fin conceptúa a la realidad como compleja y desde una óptica distinta a la analítica cartesiana y al Occidental y positivista método hipotético deductivo hoy vigente por cierto en la política científica nacional. Los esfuerzos del paradigma de lo complejo, sustentados en la vinculación entre ciencias naturales y ciencias sociales es una muestra de que la teoría del conocimiento es un nicho de investigaciones inagotable dada la comprobada limitación racional frente a la complejidad del universo. Por ello he insistido aquí en el error en que se cae -por prejuicio y, o ignorancia-al concebir a la dialéctica y a la totalidad en su aspecto ontológico sin intentar pensarlo como Zemelman, como recurso epistemológico. Con ello, la razón se abre a las potencialidades de lo real, para que articuladamente se construyan totalidades específicas sobre campos delimitados. Una premisa fundamental en esta perspectiva es el reconocimiento implícito y explícito de que la complejidad de la realidad no puede ser captada en términos de "todo de todo", sino en el acotamiento que hace posible la construcción de objetos específico concretos.

Es importante considerar también, que una diferencia que distingue cualitativamente a la articulación transdisciplinaria como totalidad concreta del paradigma disciplinario fragmentario, es el hecho de que en el asunto de la explicación, como determinación de las relaciones entre los elementos de un objeto, es para los partidarios del método hipotético deductivo o esquema sustantivo disciplinario uno de los principales fines de la ciencia. Por el contrario, para los partidarios de una racionalidad más amplia (epistemología dialéctica crítica) es apenas el punto de partida para avanzar en la especificidad de un fenómeno (a través de la construcción del objeto o, construcción de la realidad) como construcción de conocimiento; con la diferencia de que, para los primeros, se depende totalmente de el marco teórico preestablecido y para los segundos, la formulación de teoría o teorización es posterior.

En la articulación interdisciplinaria como lógica de aprehensión - apropiación de lo real, al construir relaciones de conocimiento interesa dar cuenta de la realidad y potenciarla.

La lógica explicativa depende demasiado subjetivamente de los supuestos que el investigador de esta práctica piensa que están determinando al conjunto de las relaciones y determinaciones de un objeto, a partir de teorizaciones sobre objetos similares -que no iguales y soslayando la especificidad del problema. La articulación por su parte -toma distancia ante la complejidad de la realidad- y se propone explicar parcelas de la misma pero insertas en la multiplicidad de relaciones y determinaciones que su posición autocrítica le permite observar del y en el mundo, aunada a los mecanismos de problematización arriba expuestos.

Notas

1) Es importante aclarar que se está aludiendo al trabajo de grupos en el cual por interdisciplina precisamente se entiende la convergencia entre diversas disciplinas -aunque no creemos que necesariamente se cierre a los grandes compartimientos de sociales o naturales--. Pero si aceptamos la afirmación sobre la idea de covergencia, que no de paradigma.

2) Toda la propuesta epistemológica se encuentra en la obra de Hugo Zemelman Merino en el libro antes citado; así como el la obra de Francisco Covarrubias Villa, que utilizaremos más adelante. Es momento de señalar, que lo que esta investigación pretende, es hacer más digerible, en términos práctico metodológicos un camino más certero que los manuales de investigación y sobre todo para interesados en resarcir al sujeto (investigador) su potencial transformador. Partimos para correr este riesgo, de que ambas obras, por su nivel de abstracción hacen muy difícil para el investigador normal (no epistemólogo), el camino del conocimiento "potenciador".

3) La idea de transdisciplinariedad y, o metadisciplinaria significa, que el recurso disciplinario en la construcción de conocimiento está siempre supeditado al objeto que requiere ser construido a través de la totalidad como perspectiva de descubrimiento y sujeto su uso también, a los mecanismos de control de la dialéctica crítica.

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Revista de Epistemología de Ciencias Sociales
ISSN 0717-554X