Cinta de Moebio: Revista de Epistemología de Ciencias Sociales

Ricci, R. 2001. Red de información ¿una aproximación al paradigma postálico? Cinta moebio 12: 205-208

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Red de información ¿una aproximación al paradigma postálico?

Information network

Ricardo T. Ricci (ictus@arnet.com.ar) Médico- Epistemología Médica- Fac. de Medicina- UNT- Argentina.

Resulta relativamente fácil reconocer que vivimos en un mundo que consiste en un ir y venir de mensajes. Nos encontramos inmersos en una cantidad de información que por momentos nos resulta abrumadora. Reaccionamos ante esa cuestión con diferentes estados de ánimo que van de la aprobación más absoluta y entusiasta a la negación de todo lo nuevo con la misma carga emotiva pero en sentido contrario. A este respecto se ha creado un nuevo tipo de brecha generacional, ha surgido una miríada de jóvenes talentosos que manejan las nuevas tecnologías de manera excepcional y son capaces de enriquecer las constantes innovaciones con otras más audaces aún. Otros, en algunos casos personajes de renombre y capacidad indiscutida afirman que una computadora es sólo un tipo de máquina de escribir, desconociendo deliberadamente la cantidad de otros usos que ésta es capaz de proporcionarnos. Estas posturas polares son propias de nuestro ser de seres humanos, lo posible y conveniente es, sin embargo, que la posición adecuada sea la de una atención respetuosa por lo que resulta novedoso, así como una postura de reflexión crítica y de meditada constatación de la real novedad de lo que hoy se reconoce como nuevo. No es prudente condenar a una senilidad irreversible y a una inutilidad definitiva siglos y siglos de experiencia humana seducidos por la explosión tecnológica. Más adecuada parece ser la postura de integrar a lo "haciéndose", lo "hecho" y lo "por hacer", de modo que cualitativamente el incremento del conocimiento y de la técnica redunde en un crecimiento y desarrollo armónico del ser humano entendiendo a éste último como una unidad totalizadora.

Podemos considerar que todo con lo que el hombre toma contacto tiene para él un mensaje. Con esto digo que todo lo que el hombre percibe con sus sentidos(está demostrado que son muchos más de cinco), tiene un mensaje, que en principio tiene una información objetiva, muchas veces clara y definida a la cual él agrega contenidos racionales o afectivos que para distintos seres humanos pueden variar sustancialmente. Esto nos pone ante una evidencia muy rica, la de la co-creación del mensaje. Todo mensaje una vez captado evoluciona hacia una novedad respecto del mensaje emitido. Esto resulta cierto ya que ante la presencia de un amanecer pueden ser distintas las sensaciones que cada hombre manifiesta tener, así como ante la realidad de la fisión nuclear, el movimiento y existencia de partículas subatómicas o el develamiento del genoma humano. Aún considerando este hecho como de importancia realmente gravitante, también puede verse con cierto grado de certeza que la cosa, el acontecimiento, el fenómeno son depositarios de un mensaje en sí mismos. Es decir todo lo que está o sucede tiene un mensaje en sí mismo para decir algo a alguien. Ese alguien es fundamentalmente el hombre, aunque en otro nivel, podríamos decir que las plantas y los animales también son emisores/receptores de mensajes. Esto último es constatable cuando uno tiene la oportunidad de observar la riqueza de un nicho ecológico en el cual se evidencia alguna pauta de conexión entre las distintas especies de modo de permitir la existencia o no de ellas y el grado de desarrollo de cada una, proporcionando al conjunto una unidad organizada particularmente, de tal manera que el todo es más que la suma de las partes. El hombre, entonces, resulta ser un intérprete, un mediador(mensajero) y un productor(emisor) de mensajes. Este proceso se produce en él con y sin su aceptación, ya que su participación es consciente en algunos casos e inconsciente en la mayoría de ellos. El hombre tiene sustancia comunicacional más allá del acuerdo que éste preste a la existencia del fenómeno informacional. Un "si" es un mensaje, un "no" lo es y también lo son un silencio, una desconfirmación, una desconsideración o la inmutabilidad. Aún lo inmutable perturba, es decir produce mutación. En el mundo que vivimos la ausencia de mutación es inexistente. Podríamos insistir casi axiomáticamente que vida es igual a mensaje y que una vez llegado el mensaje ya nada volverá a ser igual que antes. Lo más notable es que el hombre es en sí mismo un mensaje, es la encarnación de una manifestación, de un decir.

El hombre al que nos estamos refiriendo no está aislado, evidentemente, puesto que si hay una ida y vuelta del mensaje hay contar con, por lo menos, un interlocutor, en la mayoría de los casos muchos. Lo cierto es que la realidad es infinitamente más rica, es una inmensa trama de información en la cual estamos todos incluidos. Esa riquísima e inconmensurable trama nos contiene a todos más allá de nuestra voluntad al respecto, nuestra participación en la misma es imprescindible, ineludible e insustituible mientras continuemos incluyéndonos entre los seres vivos. Al vivir estamos y a la vez somos trama. La reclusión, el aislamiento, inclusive un grave y profundo trastorno de nuestra consciencia no nos excluyen del gran entramado informativo y generador de mensajes. A riesgo de ser considerado desacertado puedo afirmar que tanto lo animado como lo inanimado es portador de mensajes en la trama a la cual nos estamos refiriendo. Estamos acostumbrados a considerar animado a aquello que se mueve, cuando uso esa palabra sigo, momentáneamente, ese criterio básico. Sin embargo sabemos que una piedra tiene una actividad molecular y atómica en su interior digna de ser considerada un universo y de hecho sin tener en cuenta estas consideraciones ultramicroscópicas una simple piedra es portadora de información, nos trae un mensaje de la historia, de su propia formación, de las corrientes fluviales, del régimen de lluvias de un lugar en particular, de la erosión eólica, evidencias antropológicas, socio- culturales y tantos más.

Las plantas que nos hacen llegar un mensaje de vida en quietud aparente, nos patentizan la maravilla de la transformación de energía en materia. Es de tanta importancia esto que cuando lo consideramos por defecto con la tala indiscriminada de selvas y bosques, comenzamos a preocuparnos por nuestra imperiosa necesidad de oxígeno y por la real amenaza del efecto invernadero. Al tomar contacto con las especies que conviven en una selva subtropical, pueden llegar a nosotros nociones claras acerca del caos, de orden, de predominio de la vida como integralidad en detrimento de la muerte como cercenadora de individuos y eventualmente de especies. Es maravilloso ver como gracias a un colchón de 5 o 6 centímetros de muerte(hojas, tallos, etc.) se forman nuevas capas de humus enriquecido con materiales orgánicos e inorgánicos que permiten el crecimiento lozano de la vida en forma de selva.

Lo importante es tomar consciencia de ese gran entramado informacional al cual estamos haciendo referencia, de esa inmemorial, infinita y plurisecular realidad que nos acoge, contiene, protege y permite la vida de acuerdo a lo que conocemos de ella y quizás mucho, pero realmente mucho más. Hace falta una imaginación portentosa para acceder a sospechar acerca de esta estructura dinámica, eficaz, real/virtual, a la cual ninguna imaginación, sin embargo, nos permitirá su conocimiento exhaustivo.

Algunos(R.Capurro.Stuttgat.2000) plantean que esta trama puede dar lugar a una concepción nueva de la realidad, a un nuevo modo de explicarla y describirla. Hacen la comparación con la estructura clásica de distribución de los mensajes mediante el correo que tuvo su gran influencia en las comunicaciones durante los siglos XIX y XX, por ello han propuesto llamar a todo el ir y venir de mensajes de la trama de información, intercambio postálico. Es decir el conjunto formado por la emisión, el medio, y la recepción de mensajes, mínima unidad de consideración en este tema, es llamado paradigma postálico. Proponen la consideración de ésta, para ellos nueva realidad informacional, como un paradigma que va reemplazando al paradigma mecanicista actualmente imperante. Puede ser que el mundo informativo, la trama comunicacional, permitan concebir la realidad de una manera nueva; hasta considero aceptable que la toma de conciencia de esto modifique en gran medida las costumbres y modos de un mundo apegado a lo consistente, de hecho la información no lo es, pero mi opinión es que se debe tener en cuenta que lo postálico ha existido desde siempre. Basta recordar los monumentos que nos han legado las antiguas civilizaciones, las obras de arte de las mismas y en un nivel más primitivo los fósiles. Últimamente esta concepción de lo real reconoce variados antecedentes de gran valor científico. Entre ellos se puede mencionar sucintamente la idea de homeostasis y de medio interno de Claude Bernard, la Teoría General de los Sistemas, propuesta por von Bertalanffy, la Cibernética cuyos principios fueron enunciados por Wiener, en donde se reconocen conceptos como Retroalimentación y Recursividad del proceso informativo. Estos aportes van modificando la clásica forma de pensamiento lineal para orientar el proceso cognitivo hacia la multicausalidad y la circularidad. Como consecuencia de lo dicho se ha desarrollado una rica tradición que modificó conceptos vigentes hasta no hace mucho tiempo gracias al desarrollo de la Teoría de la Comunicación Humana y la Epistemología Sistémica propuestas por Gregory Bateson, Watzlawick y otros. Además es de gran importancia pues es a la vez una propuesta y un desafío la concepción de Bateson acerca de lo que él mismo llama "la pauta que conecta" en todo tipo de sistemas y también en los macrosistemas englobadores. El Pensamiento Complejo de Edgar Morin, el estudio de los Sistema abiertos, y del intercambio disipativo con el medio y el tratamiento de lo opuesto a la entropía, la negentropía, tratados con erudición por parte de Ilya Prigogine, la Teoría de las Catástrofes desarrollada por Rene Thom y el concepto de Cibernética de Segundo orden y la Autopoiesis extensamente expuestos por Humberto Maturana. Es pertinente destacar que lo estudiado por los autores mencionados respecto de esta consideración alternativa de lo que llamamos realidad es de trascendental importancia. El horizonte se abre y lo cotidiano pasa a ser considerado como algo no concluido, en proceso, un pro-yecto, con dinamismo, en cambio y aprendizaje permanentes. Todo este conjunto considerado bajo la óptica batesoniana de descubrir una "pauta que conecta" le da un nuevo matiz ante la presencia de algo intangible que une, vincula, que articula, en fin que integra.

Que lo hasta aquí dicho se transforme o no en un salto paradigmático dependerá de la fuerza con la que logre instalarse cada vez más en el lenguaje habitual de las ciencias y de la comunidad científica. En el caso de resultar algo efectivo conllevará un cambio en la concepción del hombre, en donde su presencia física sea reconsiderada y revalorada como una presencia físico- informacional de carácter mucho más extenso e intangible.

En las ciencias biológicas en general y en la medicina en particular la descripción de lo observable como fenómeno informacional ha cambiado sustancialmente la concepción de lo anatómico, lo fisiológico, así como la forma de considerar la fisiopatología y la etiopatogenia. Ya cité el ejemplo del Medio Interno desarrollado por Claude Bernard en el siglo XIX. Según esta descripción hay un intercambio de información permanente en ese sistema, que permite asimilar de forma operativa las perturbaciones que surgen dentro del mismo como las que suceden afuera de él. Esto se efectúa mediante un proceso ininterrumpido de autorregulación que asegura un medio de crecimiento y desarrollo celular imprescindible, a tal punto que una desviación mínima en mas o en menos de ese delicado equilibrio pone en serio riesgo la supervivencia de las células.

En citología y genética los términos como codificación, información genética y otros similares han pasado a ser elementos teórico- prácticos de descripción de primera magnitud. El ARN, ácido ribonucleico mensajero, es el responsable de portar la información para la formación de proteínas, enzimas y hormonas que a su vez se comportan como otros mensajeros intercelulares. La noción de receptores de membrana hace tiempo que es conocida y ayuda a describir- explicar el funcionamiento de la membrana celular que de esa manera deja de ser considerada como un mero límite para transformarse en una estructura celular operante de máxima importancia.

Tanto la inmunología cuanto la inmunopatología se edifican sobre un lenguaje informacional o postálico. Es lenguaje corriente hablar de células receptoras, de reconocimiento del antígeno, de presentación entre células de las características antigénicas. Algunas moléculas de gammaglobulina portan una altísima especificidad en su información, lo que las hace reconocer "su" molécula entre millones de otras muy similares. Entender al sistema inmunitario como una organización autocorrectora y recursiva es lo habitual.

En cardiología también se manejan los conceptos de receptores, bloqueantes de receptores, en definitiva bloqueantes de información. En neurología y en los recientes estudios de las neurociencia se ha llegado a dar mayor importancia a las conexiones entre neuronas, es decir las sinápsis, que a la neurona misma como elemento celular aislado. Las sinapsis multiplican casi al infinito el potencial mnemónico y cognitivo de los millones de neuronas que conforman el sistema nervioso central.

En psiquiatría es donde la teoría de la información y la teoría de la comunicación humana ha ganado más adeptos. Hoy se entienden las diferentes agrupaciones en que las personas se desarrollan como sistema familiar, sistema laboral, etc. Es reconocida la existencia de la retro alimentación positiva y negativa entre los componentes de un sistema, del síntoma mensaje, del concepto de cambio y de perturbación. La teoría general de los sistemas produjo un cambio sustancial en los conceptos de salud y enfermedad y en general de toda la psicopatología. En neuroendocrinología ocurre algo semejante a lo descripto, y también lo es en el resto de las ramas de estudio de la ciencia médica.

En forma sucinta he intentado mostrar como el denominado paradigma postálico estaría instalándose en una ciencia en particular así como en nuestra forma de ver el mundo. Otras disciplinas científicas, de hecho, han optado por un lenguaje teórico y básico similar. Entre ellas se podría destacar a la química, la física, la biología, la ecología, la antropología, la geografía y la sociología, simplemente a modo de ejemplos.

¿Será posible pensar en el homo informáticus como sucesor del homo faber? Ciertamente creo que al estado que ha llegado la evolución de la humanidad es conveniente no hablar ya de sucesiones sino más bien de integración, es decir asumir el pasado en toda su riqueza y complejidad para presencializarlo, es decir traerlo al presente, e intuir el futuro para incorporarlo a las tomas de decisiones. De hecho la trama informacional se encuentra compuesta por el entrecruzamiento de mensajes a los que considero temporo-atemporales.

¿Alguien sería capaz de aseverar que los mensajes de la historia sólo pertenecen a ella y que lo intuible del futuro incluidos los sueños y aspiraciones de los hombres son inexistentes por no haber tenido cabida en el tiempo?. En el paradigma postálico, en caso que pueda considerárselo así, las nociones de tiempo y espacio cobran una existencia cuali-cuantitativa que recién podemos comenzar a entrever con altísimo margen de error.

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Revista de Epistemología de Ciencias Sociales
ISSN 0717-554X