Cinta de Moebio: Revista de Epistemología de Ciencias Sociales

Llinás, E. y González, M. 2002. La objetividad como logro práctico. Cinta moebio 13: 86-92

PDF


La objetividad como logro práctico

Objectivity as a practical achievement

Ester Isabel Llinás (esther@cybertech.com.ar) y María Inés González Carella (gcarella@mdp.edu.ar) Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina)

Abstract

In the last decades the concept of objectivity has been criticized by the “new epistemologies”. These criticisms favour the consolidation of relativist and subjective positions, which condition the objectivity of scientific knowledge to such an extent that it seems to be a goal impossible to achieve. This risk has brought about a reaction from proposals which, admitting the importance and validity of the observations made by talented epistemologists such as H. Polanyi, Popper, Khun, Feyerabend, among others, try to rescue aspects of objectivity that make it possible to sustain its currency. In this work we intend to put emphasis on the conceptual elucidation of objectivity, as we considerer it to be the condition—although not exclusive—which will allow us to elaborate generalizations that wil account for the behaviour of the world. Along these lines we can find the contributions that, taking as a starting point the analysis of scientific practice, are offered by A. Chalmers and I. Hacking in the field of Philosophy of the Science, especially in reference to Physics. In relation to the problem of objectivity in the area of Social Science, the contributions made by : Bunge and P. Bourdieu seen to be relevant. Although they consider different perspectives, these authors emphasize the activity of the scientist as the most appropriate space to recover the sense of objectivity. According to A. Chalmers the objections made to the fundamental character attributed to the scientific perception in the tradicional view of science, expressed mainly by the neopositivism, do not have as an inevitable consequence the loss of the objective character of the knowledge. Following this trend he proposes a strategy to overcome the difficulties mentioned here.

Resumen

En las últimas décadas el concepto de objetividad se ha criticado por las "nuevas epistemologías". Estas críticas favorecen la consolidación de posiciones relativistas y subjetivas, que condicionan la objetividad del conocimiento científico a tal magnitud que parece ser una meta imposible lograr. Este riesgo ha provocado una reacción de propuestas que, admitiendo la importancia y validez de las observaciones hechas por epistemólogos talentosos como H. Polanyi, Popper, Khun, Feyerabend, entre otros, que intentan rescatar aspectos de objetividad que hace posible sostener su propósito. En este trabajo pensamos poner el énfasis en la elucidación conceptual de la objetividad, al considerarla la condición -aunque no exclusiva- que nos permitirá elaborar generalizaciones que den cuenta de la conducta del mundo. A través de estas líneas podemos encontrar las contribuciones que, tomando como un punto de partida el análisis de práctica científica, se ofrece por A. Chalmers y I. Hacking en el campo de la Filosofía de la Ciencia, sobre todo en referencia a Física. Respecto al problema de objetividad en el área de las Ciencias Sociales, las contribuciones hechas por Bunge y P. Bourdieu son pertinentes. Aunque ellos consideran diferentes perspectivas, estos autores dan énfasis a la actividad del científico como el espacio más apropiado para recuperar el sentido de objetividad. Según A. Chalmers, las objeciones hechas al carácter fundamental atribuido a la percepción científica en la vista tradicional de la ciencia, expresada principalmente por el neopositivismo, no tiene como una consecuencia inevitable la pérdida del carácter objetivo del conocimiento. Siguiendo esta tendencia, él propone una estrategia para superar las dificultades mencionadas aquí.

***

La importancia que el análisis de la "práctica científica" ha cobrado en los últimos tiempos en los estudios de epistemologos, sociólogos, científicos puede interpretarse no solo como signo de un interés meramente descriptivo, sino también como una necesidad de detenerse en sus funciones e implicancias a la hora de evaluar la producción del conocimiento científico. La práctica reviste un alto grado de complejidad por la cantidad de aspectos que se entretejen en su configuración.

En este trabajo pretendemos detenernos en la elucidación conceptual de uno de esos aspectos intervinientes como lo es la objetividad en tanto condición – aunque no exclusiva- que permite llegar a la meta de elaborar generalizaciones que den cuenta del comportamiento del mundo.

No se puede eludir la importancia de la crítica que ha recaído sobre "la objetividad" desde el aporte de las epistemologías en las últimas décadas.

El punto de atención se ha centrado especialmente en la objetividad atribuida a la base observacional que, en la perspectiva neopositivista es considerada como sustentación segura de la ciencia, y por otro lado en el carácter falible de los enunciados dependientes de la teoría. Los argumentos propuestos ponen en tela de juicio aspectos inherentes a los fundamentos mismos del conocimiento en cuanto cuestionan el valor del aporte de los sentidos en su estructuración y el condicionamiento "a priori" de las características psicológicas del sujeto así como su marco conceptual y expectativas. Estas críticas dan lugar o al menos favorecen la consolidación de las posiciones relativistas y subjetivistas, desde las cuales se condiciona la objetividad del conocimiento científico hasta tal punto que la misma aparece como una meta imposible de conseguir. Este riesgo ha motivado una reacción desde propuestas que, admitiendo la importancia y validez de las observaciones aportadas por epistemólogos de la talla de Hanson, Polanyi, Popper, Khun, Feyerabend, etc, intentan rescatar aspectos de la objetividad que permiten sustentar su vigencia.

En esta línea se inscriben los aportes que, desde el análisis de la práctica científica ofrecen A. Chalmers y I. Hacking en el ámbito de la Filosofía de la Ciencia referida especialmente a la Física. Con relación al problema de la objetividad en las Ciencias Sociales, estimamos relevantes los aportes que, desde perspectivas diferentes, ofrecen M. Bunge y P. Bourdieu.

Aunque se trata de perspectivas diferentes, los autores considerados ponen énfasis en la propia actividad del científico como el ámbito propicio para recuperar el sentido de la objetividad.

Las objeciones al carácter fundamental otorgado a la percepción científica en la visión tradicional de la ciencia, expresada especialmente por el neopositivismo, resultan adecuadamente sustentadas pero, para A. Chalmers no implican como consecuencia ineludible la pérdida del carácter objetivo del conocimiento. En tal sentido, propone una estrategia superadora de las dificultades señaladas:

" No deseo negar que la adecuación y significado de los enunciados observacionales dependen de supuestos teóricos de diverso tipo y por lo tanto son falibles y revisables. (....) La ciencia ha desarrollado técnicas poderosas para obviar esos problemas, en la medida en que puede contrastar las teorías científicas mediante procedimientos normalizados que pueden minimizar los problemas que surgen del carácter subjetivo de la percepción humana" (1).

A través del análisis que se implementa desde esta perspectiva, se pone en evidencia que cualquier observador, en el acto de realizar la descripción de un fenómeno, traduce un conjunto de experiencias mentales relativas a las sensaciones o percepciones que se expresan a través del lenguaje observacional. Estas constituyen las interpretaciones "naturales" del sujeto, obtenidas en el proceso de aprendizaje de su lenguaje natural, las cuales, una vez incorporada a la cultura a la que pertenece cada individuo, comienzan a formar parte del proceso correspondiente a cada generación. Así por ejemplo, cuando un observador del S. XVII sostiene que "el movimiento de una piedra que cae es recto", su descripción observacional supone la interpretación "natural" propia de su época, la cual involucra las nociones de espacio y movimiento absolutos en un sistema planetario con la tierra inmóvil en su centro. Precisamente, esa interpretación natural hasta ese momento, se modifica con la introducción de la teoría copernicana. Ello significa que se ha producido:

1- un cambio en las experiencias del sujeto

2- un cambio en su lenguaje empírico.

3- una transformación relevante en la base observacional

Los dos primeros puntos tienen que ver con la estructura perceptiva del sujeto y las condiciones en las que éstas se producen. El tercer punto en cambio, se relaciona con la introducción de procedimientos tales como la experimentación controlada y también de instrumentos, como en este caso, el telescopio.

El cambio que Galileo instaura supone pasar de la sola percepción a la medición, acción verificada a través de experimentos rutinarios en condiciones previas ya estandarizadas. En este sentido, ideó un procedimiento para medir la separación de los satélites de Júpiter – que no es otra cosa que un método para calcular el aumento producido por el telescopio.

Ahora bien, las técnicas empleadas por los antiguos para establecer generalidades explicativas de los fenómenos, resultaban apropiadas sólo para un número muy restringido. Galileo en este proceso de la relación teoría-mundo introduce un nuevo criterio cual es el de validar las generalizaciones mediante el diseño de situaciones experimentales idealizadas, como el caso de los experimentos del plano inclinado. Su estrategia consiste en introducir técnicas para reducir al mínimo los obstáculos del mundo natural en el proceso de contrastación de las teorías.

Chalmers destaca con respecto a estos procedimientos:

"Según mi interpretación, Galileo transformó la problemática finalidad de la ciencia de conseguir generalidad en otra que en cierto grado se podía conseguir en la práctica: Identificar generalidades de tipo legal en situaciones simples, y si es necesario artificialmente ideadas, y asumir que esas generalidades se siguen aplicando en todas las situaciones, por complejas que sean" (2).

No puede negarse que el ideal euclidiano de derivar generalidades de principios autoevidentes atraía al pensamiento galileano; pero las evidencias de la inadecuación teoría-experimento le impedían sostenerla como tesis.

La intervención experimental le permitió:

  • considerar en forma aislada los casos individuales
  • identificar las tendencias individuales observables
  • elucidar las leyes que podían gobernarlas

Se trata de generalidades obtenidas por la vía de excepción que luego serían aplicadas al mundo exterior.

Las modificaciones en la visión y explicación del universo introducen también transformaciones en los criterios de valoración y selección de métodos para adquirir conocimientos. De este modo, mientras en el marco del pensamiento antiguo y medieval importaba fundamentalmente la coherencia del sistema demostrativo basado en principios previamente establecidos, los investigadores de la época moderna concentran su atención en la fuerza del experimento.

Estas consideraciones ponen de relieve la necesidad de que se efectúe un verdadero cambio en la actitud del sujeto que aborda la descripción del objeto que pretende conocer, tal actitud debe asumir el carácter de intervención práctica. A partir de ella, se elaboran los enunciados observacionales descriptivos de estados de cosas que a su vez, serán aceptados en la medida en que superen un conjunto de pruebas especialmente diseñadas a tal fin. Ahora bien la intervención práctica, no sólo se limita a la creación de procedimientos específicos; en efecto, consiste básicamente en el uso competente de los sentidos para realizar las observaciones de una manera experta. Ian Hacking, como uno de los representantes de las nuevas propuestas epistemológicas, recupera desde un enfoque particular la relevancia de la experimentación a la que caracteriza como una dimensión de la actividad científica que tiene "vida propia"; desde ese contexto, le otorga a la observación el carácter de una habilidad particular que el investigador debe desarrollar. Como situación paradigmática de este análisis, rescata el caso de Caroline Herschel, quien descubrió, en un solo año, más cometas que ninguna otro astrónomo. Tal logro es considerado como resultado de la confluencia de un fuerte entrenamiento que le posibilito permanecer cada noche en su puesto de observación además de un profundo conocimiento de la cosmología como para ser capaz de distinguir un cometa a simple vista. Tanto A. Chalmers como I. Hacking coinciden en afirmar que el investigador, en la realización de su tarea, es un sujeto entrenado en el uso de los sentidos y en la manipulación de instrumentos de modo tal que es capaz de:

  • ser conciente de que asume un compromiso activo con el mundo que implica posibilidades de intervención
  • jerarquizar el entrenamiento que garantice el desarrollo de su destreza
  • seleccionar, en base a la capacitación lograda, las percepciones que posean significatividad para cada caso.

En este contexto, a partir del entrenamiento de su capacidad perceptiva como parte de su formación, el investigador se convierte en un observador experto que interviene en la constitución de la base de la ciencia mediante el diseño de aparatos y pruebas capaces de contrastar empíricamente los enunciados; de este modo, constituye un soporte sustantivo para mantener la objetividad como cualidad posible de alcanzar en la producción del conocimiento científico; cabe destacar que esta pretensión no compromete el carácter provisional y falible que la epistemología actual reconoce a las teorías científicas.

La noción de objetividad en sus dimensiones ontológicas y metodológicas ha atravesado la producción de las Ciencias Sociales desde los inicios como disciplinas científicas, hasta la actualidad. Las discusiones generadas entre subjetivistas y objetivistas han permitido demarcar algunos momentos significativos en el desarrollo de la ciencia social.

Uno de los representantes europeos de la sociología actual que muestra su particular interés en torno a la superación de las dicotomías prevalecientes en los enfoques contemporáneos referidas a la noción de objetividad científica es Bourdieu, quien ha desarrollado una línea conceptual a través de las nociones de "habitus" y de "campo". En su análisis, Bourdieu enfatiza la necesidad de resolver la dicotomía planteada en las ciencias sociales entre las perspectivas objetivistas y subjetivistas y lo fundamenta en el nivel ontológico: lo social existe de doble manera, como estructuras sociales externas, es decir la historia hecha cosas y como estructuras sociales incorporadas, es decir la historia hecha cuerpo.

El hacer referencia al "objetivismo" y al "subjetivismo", en la mayoría de los trabajos de Bourdieu se puede interpretar como dos momentos analíticos: un primer momento objetivista, en el cual el investigador reconstruye la estructura de relaciones que son independientes de la conciencia y de la voluntad de los agentes y un segundo momento, donde se intenta captar representaciones, percepciones y vivencias de los protagonistas de las prácticas. En consecuencia se toman como dos pasos lógicos en el análisis sociológico que permitirían mayores posibilidades de explicar y comprender la realidad social. "Objetivar al sujeto objetivante"... implica un doble sistema de relaciones, el primero alude a "el sentido de las prácticas" y reflexiona sobre las posibilidades de aprender la lógica que ponen en marcha los agentes. El segundo alude a un tema central dentro de la sociología del conocimiento: el de los condicionamientos sociales que afectan la práctica del investigador.

Para poder dar cuenta de las prácticas sociales, es necesario reconocer los sentidos de las mismas:

  • el sentido objetivo, el sentido de las estructuras sociales externas e independientes de la conciencia y de la voluntad de los agentes.
  • el sentido vivido, lo que los agentes se representan, sienten, piensan, creen, viven. Los habitus como esquemas de percepción, de apreciación y de acción interiorizados; sistemas de disposiciones a actuar, a pensar, a percibir, a sentir más de cierta manera que de otra, ligados a definiciones de tipo lo posible y lo no posible, lo pensable y lo no pensable, lo que es para nosotros y lo que no es para nosotros. Son principios evaluativos de las posibilidades y limitaciones objetivas, incorporadas al agente por esas mismas condiciones objetivas, a lo largo de una trayectoria individual, que es una variante estructural de una trayectoria de clase.

La noción de habitus exclusivamente, no puede ir más allá de una descripción de la experiencia del mundo social, al no tener en cuenta las condiciones de posibilidad de esa experiencia, es decir, la relación que existe entre las estructuras objetivas y las estructuras incorporadas que las generan. Esta constituido por principios generadores capaces de aportar distintas respuestas en las diversas situaciones a partir de un conjunto limitado de pautas de pensamiento y de acción. Así tiende a reproducir ante situaciones habituales y puede conducir a innovaciones cuando se halla frente a situaciones insólitas. (Corcuff,1998) (3)

El objetivismo por su parte, se propone establecer regularidades objetivas, estructuras, leyes, sistemas de relaciones, que son independientes de las conciencias y de las voluntades individuales (sentido objetivo). Pero, al no tener en cuenta las representaciones, las percepciones, la experiencia vivida, tampoco puede dar cuenta del sentido del juego social, que se explica por la relación dialéctica entre esas regularidades objetivas plasmadas en estructuras, instituciones etc., y esas mismas realidades incorporadas a los individuos (habitus) (4)

Objetivismo y subjetivismo son perspectivas parciales: la primera puede aprehender sólo el sentido objetivo de las prácticas, y la segunda sólo el sentido vivido de las mismas, y ninguna de ellas puede captar el sentido práctico, el sentido del juego social, resultado dialéctico de ambos sentidos.

Para Bourdieu "las interacciones, que procuran una satisfacción inmediata a las disposiciones empiristas -se puede observarlas, filmarlas, registrarlas, en una palabra tocarlas con el dedo- esconden las estructuras que en ellas se realizan. Es uno de los casos, donde lo visible, lo que es inmediatamente dado, esconde lo invisible que lo determina. Se olvida así que la verdad de la interacción no está nunca toda entera en la interacción tal como ella se ofrece a la observación" (5).

Tanto el objetivismo como el subjetivismo comparten el hecho de ser "modos de conocimiento teórico [savant]", es decir, modos de conocimiento de sujetos de conocimiento que analizan una problemática determinada, que son opuestos al "modo de conocimiento práctico", que es aquél que tienen los individuos (analizados), que ponen en marcha casi como si fuera naturalmente en su vida cotidiana, y que constituye el origen de la experiencia que tienen sobre el mundo social (6).

Resulta de interés la apreciación de Bourdieu de la formalización en cuanto factor conducente a la objetivación; la misma es entendida tanto en el sentido de la lógica o de la matemática como en el sentido jurídico; es lo que permite pasar de una lógica que esta inmersa en el caso particular a una lógica independiente del caso particular. Reconoce que una de las virtudes de la formalización es la de permitir, como toda racionalización, una economía de invención, de improvisación y de creación destacando también que el formalismo no actúa solamente por su eficacia específica, propiamente técnica, de clarificación y de racionalización. sino que involucra también una eficacia propiamente simbólica de la forma.

Desde una perspectiva diferente, Mario Bunge aporta precisiones relacionadas a la objetividad científica. Al respecto, delimita la diferencia entre datos científicos y los informes sobre la experiencia privada, los primeros suponen que el experimentador informa acerca de hechos objetivos (referencia objetiva), que sus informes deben ser controlables por sus colegas, que los datos del científico van cargados de interpretación y hasta que están formulados, en parte al menos, en un lenguaje teorético. Si no se exigiera de los datos científicos una referencia objetiva, un control público y un mínimo de interpretación basándose en teorías aceptadas, podrían inventarse arbitrariamente y serían irrelevantes para las ideas que se supone sostienen o arruinan. En tanto en el caso de los informes, las experiencias personales son irrelevantes para esos hechos objetivos, pueden ser de interés para la psicología en la medida en que puedan relacionarse con y controlarse por hechos objetivos del comportamiento o de acaecimientos fisiológicos.

Dicho con pocas palabras: la ciencia se interesa por datos impersonales que se refieren a hechos objetivos (aunque acaso hipotéticos) y, además, por mayor exigencia, sólo por aquellos que puedan tener sentido en algún cuerpo de conocimiento; lo que quiere decir aún más condensadamente, que la ciencia sólo se interesa por datos sistematizables.

Los aspectos considerados nos permiten destacar como rasgo significativo, el hecho de que la objetividad científica se constituye fundamentalmente desde el polo de lo abstracto; si bien las diversas estructuras de la experiencia aportan contenido a los conceptos y relaciones elaborados por la razón, el carácter de universalidad que la objetividad reclama no pertenece a los datos empíricos sino a la dimensión estructurante del intelecto. Si contamos como supuesto, al menos metodológico, con que el objeto ofrece invariancias posibles de ser validadas por todos, las mismas no pueden configurarse como tales sin la construcción intelectual. Estas apreciaciones no excluyen la dimensión empírico y/o experimental de la ciencia ya que ella es precisamente la que nos pone en contacto con la realidad física, accesible al registro de datos; no obstante, si mantenemos las entidades, fenómenos o procesos de los que se ocupa la ciencia en el nivel de la percepción sensible, quedan excluidos del ámbito de la cientificidad, es decir, no se constituyen en "objetos científicos". Tal conversión requiere la implementación de operaciones (intelectuales, instrumentales, etc.) que posibiliten su traducción al complejo de relaciones adecuadas para ser expresadas en el discurso técnico-formal.

Este concepto nos ha obligado a relacionar lo empírico con lo abstracto y formal, lo invariable con lo cambiante, con la intención de comprender, desde las tensiones no excluyentes de las correlaciones, cómo la ciencia puede ser considerado como un saber falible, provisional, no incontrovertible e inclusive, no absolutamente cierta o verdadera y sin embargo, objetiva.

Notas

(1) Chalmers, A. (1992) La ciencia y cómo se elabora. Ed. S. XXI, Madrid.

(2) Chalmers, A. (1992) La ciencia y cómo se elabora. Ed. S. XXI, Madrid.

(3) Corcuff, P. (1998) La nuevas Sociologías. Ed. Alianza, Barcelona.

(4) Bourdieu, P. (1993) Cosas Dichas. Ed. Gedisa, España. 

(5) Bourdieu, P (1993) Cosas Dichas. Ed. Gedisa, España. 

(6) Bourdieu, P (1988) El Oficio del Sociólogo. Ed. Siglo XXI, México

Bibliografía

BUNGE, M (1998) La sociología de la ciencia. Bs. As. Editorial Sudamericana.

BUNGE, M(1985) La investigación científica. Ed. Ariel Methodos , Barcelona.

BOURDIEU,P (1988) El oficio del sociólogo. Ed. Siglo XXI, México.

BOURDIEU,P (1993) Cosas dichas. Ed.Gedisa , España.

BOURDIEU,P y WACQUANT,L(1995) Respuestas por una antropología reflexiva, Ed. Grijalbo.

BOURDIEU, P (1999) Intelectuales, política y poder. Ed.Eudeba Bs. As.

CHALMERS, A. (1992) La ciencia y cómo se elabora. Ed.S. XXI, Madrid.

CORCUFF, P (1998) La nuevas Sociologías, Ed.Alianza, Barcelona.

FEYERABEND P.K. (1985) Contra el método, Ariel, Barcelona.

GEYMONAT, l. (1986) Galileo Península, Barcelona.

GIDDENS, TURNER et.al (1990) La teoría social hoy , Ed. Alianza ,México.

HACKING, I. (1996) Representar e intervenir, Paidos, Buenos Aires.

HANSON, N.R. (1977) Patrones de descubrimiento, Ed. Alianza, Madrid.

KUHN, T. (1978) La revolución copernicana, Ed. Ariel, Barcelona.

Home | Indice | Números Completos | Instrucción para Autores
Cinta de Moebio
Revista de Epistemología de Ciencias Sociales
ISSN 0717-554X